La energía solar es la energía que proviene de nuestro sol. El sol es la fuente de energía más abundante de nuestro planeta, produciendo aproximadamente 120 mil millones de megavatios. Esto es aproximadamente 7 mil veces más la cantidad de energía que el mundo consumió en el año 2008. Más energía llega a la superficie de la tierra en una hora de la que el mundo consume en un año. Si pudiéramos cultivar tan solo una fracción de toda esta energía, nuestros problemas energéticos estarían resueltos para siempre.
La razón por la que no solo usamos esta energía, siendo de las más limpias, es porque no tenemos la tecnología para cultivar esta fuente de forma eficiente. Actualmente el aprovechamiento de la energía solar se puede regir bajo dos técnicas, la conversión a energía térmica y a energía eléctrica. Para el uso térmico de la energía, se requiere de colectores térmicos que capturan el calor del sol y es normalmente usada para el calentamiento de agua. La conversión de la energía solar a energía eléctrica requiere, normalmente, de paneles solares fotovoltaicos que convierten directamente la luz del sol a una corriente eléctrica.
En general, el futuro de la energía solar en América Central depende del avance técnico en los sistemas (producción más barata y eficiente) y del desarrollo de los costos de energías convencionales. Los sistemas fotovoltaicos hasta la fecha no han aportado significativamente al Sistema Interconectado Nacional (SIN), pero su papel ha sido muy relevante por más de dos décadas en Honduras para llevar servicios básicos de electrificación rural a las comunidades sin acceso a la red eléctrica.


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